Arte y Espectáculos

A los 70 años, murió el cineasta Héctor Babenco

En 2004 regresó a Mar del Plata para estrenar en Argentina el filme "Carandirú", que filmó en una cárcel de San Pablo. En esa ciudad residía desde 1969. El Festival Internacional de Cine de ese año distinguió su trayectoria.

El realizador cinematográfico argentino Héctor Babenco, que nació en Mar del Plata y residió en Brasil desde 1969 y realizó allí toda su carrera, falleció en la noche del miércoles último a los 70 años en el Hospital Sirio Libanés de la ciudad de San Pablo a causa de un paro cardíaco, informaron su ex mujer Raquel Arnaud y su productor Marcelo Torres.

Los restos de Babenco fueron velados ayer en la Cinemateca de San Pablo.

Era hijo de un sastre antiperonista y había nacido aquí en 1946. Luego de estar viviendo en Europa varios años llegó a Brasil en 1969, casado con la italiana Fiorella Giovangnolli.

Considerado uno de los máximos referentes del cine brasileño y autor de filmes famosos como “Pixote”, “Carandirú” y “El beso de la mujer araña”, Babenco realizó una notable carrera en la que unió popularidad y éxito de taquilla junto a un cine expresivo y con resonancias sociales y políticas que interrogó su época.

El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata realizado en 2004 fue la plataforma para que regresara a su ciudad y estrenara “Carandirú” y luego fuera reconocido por su trayectoria profesional.

“Puede ser que yo me vea como un marginal de la sociedad, porque la sociedad no me interesa, porque la sociedad tiene valores éticos y morales que me parecen abyectos y que no funcionan y porque decidí de muy joven construirme como persona por cuenta propia. Me siento más cómodo en la posición de francotirador”, dijo en una entrevista a LA CAPITAL publicada en marzo de 2004, cuando llegó a esta ciudad por el estreno de su filme, que en Brasil había resultado un éxito de taquilla.

Acido y lúcido en dosis similares, el autor de “El beso de la mujer araña” y “El amor es un eterno vagabundo”, entre otros filmes, recordó en aquella oportunidad las razones que lo llevaron a abandonar Argentina, cuando era entonces un jovencito. “Soy antimilitarista, antipolicía, antiviolencia. Yo no sabía que existía ese sentimiento pero en mi juventud lo tenía, se me venía el Ejército al galope y tenía miedo de que no me dejaran salir”, evocó sobre la proximidad del servicio militar, un paso que estaba obligado a dar en este país.

“Brasil es un país fascinante, que sigue asustándome y que hace que las personas, aun en situaciones extremadamente penosas, no pierdan la espontaneidad de su forma de ser”, destacó, en contraposición al ser argentino, tan melancólico y racional.

Babenco supo mezclar éxito de público con un cine de calidad. Por “El beso de la mujer araña” en 1985 obtuvo una nominación al Oscar como Mejor Director y a la vez que su protagonista, William Hurt, ganó una estatuilla.

Aun cuando al comienzo de su estadía en San Pablo se ganaba la vida como fotógrafo de restaurantes y vendedor de enciclopedias, en 1972 realizó su primer documental a pedido del Municipio de San Pablo sobre el Museo de Arte de la ciudad, conocido como MASP, y en 1973 uno sobre el famoso corredor de Fórmula 1 Emerson Fittipaldi.

Su estreno en la ficción fue con el melodrama “O Rei da Noite” en 1975, mientras que su segundo largometraje comercial fue “Lucio Flavio, pasajero de la agonía” (1979), que se vio en Argentina y en el que une las historias de un particular ladrón de bancos y el funcionamiento de los escuadrones de la muerte en un Brasil atravesado por la dictadura militar en la década del 60.

La historia de un niño que escapa de una favela de San Pablo y vaga por las calles junto a otros de su edad, en un filme descarnado y sensible que tituló “Pixote” fue su salto definitivo a la popularidad en 1981, que además de un éxito internacional le valió una nominación a los Globos de Oro como Mejor Filme Extranjero y le abrió las puertas de Hollywood, donde con William Hurt y Raúl Julia filmó la novela de Manuel Puig “El beso de la mujer araña” en 1985.

Establecido en la meca del cine, Babenco tuvo un importante fracaso comercial con “El amor es un eterno vagabundo”, que protagonizaron Jack Nicholson y Meryl Streep y que les valió a ambos sendas nominaciones a los Oscar, pero que no cotizó en boletería.

En 1990 se le declara un cáncer linfático que lo obliga a un trasplante de médula y varios años de tratamiento y que de algún modo vuelven al suyo un cine más autobiográfico e intimista, rodando en 1998 en Mar del Plata “Corazón Iluminado”, donde escribe el guión junto a Ricardo Piglia, que protagoniza Miguel Angel Sola y narra la vuelta de un argentino al país luego de 20 años para despedirse de su padre antes de su muerte.

“Carandirú” en 2003, que relata la vida en ese presidio, el motín que se genera y la violenta represión que deja más de 100 muertos y fue un suceso en la historia del cine brasileño con cinco millones de espectadores fue su filme siguiente, también rodeado de circunstancias personales, ya que lo basó en el libro que escribió el oncólogo que lo trató del cáncer.

“La génesis de Carandirú es muy peculiar, ya que a fines de los ’80 quedé paralizado por una enfermedad muy grave, que prácticamente me hizo retirar de combate y me decidió a encarar una cosa muy radical como es un trasplante de médula ósea que por 12 años me alejó del cineasta para transformarme en el paciente argentino”, relató el mismo Babenco.

En el extenso período de recuperación, Babenco fue tratado por el oncólogo Drazio Varella, quien, además, los lunes hacía medicina voluntaria en Carandiru, el mayor presidio de América Latina, preparado para dar asilo a 3000 personas pero con una superpoblación que llegaba a 8000 internos.

“A lo largo de 14 años de medicina fue escuchando historias y decidió escribirlas”, resumió el argentino haciendo referencia al taquillero libro “Estación Carandiru” de Varela y en el que se basó para realizar el filme.

“Yo estaba muy flojo, muy lastimado, muy triste, con una imaginación muy pequeña y sentí que agarrarme de ese libro era devolverle algo a quien (Varela) me había ayudado tanto”, destacó Babenco en esa entrevista.

A ese filme, uno de los de mayor taquilla del cine de Brasil, siguió “El pasado”, basado en el libro homónimo de Alan Pauls (2007) y “Mi amigo hindú” de 2015, protagonizada por Willem Dafoe y donde relata su propia lucha contra el cáncer.

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